Representantes del gobierno nacional e indígenas que mantienen cerrada la vía Panamericana, en el marco del paro agrario, acuerdan a esta hora pormenores para abrir al menos una calzada y permitir el paso de vehículos con alimentos, medicinas, además de ambulancias y  enfermos. El taponamiento de esta vía que une a Cali, en el Valle del Cauca, y Popayán, capital del departamento de Cauca, afecta primordialmente a cerca de un millón de personas que habitan en esta segunda ciudad, pues se les han agotado los víveres, lo mismo que los combustibles y el desabastecimiento es casi total en otras mercancías y productos de diferente índole. La situación ha disparado la especulación, así como actos delincuenciales por parte de avivatos que aprovechan la gravedad de la situación. Ante la gravedad del problema, voceros del alto gobierno así como de las administraciones seccional es del Valle y Cauca, dialogan desde el medio día en procura de alcanzar un principio de acuerdo que permita reabrir parcialmente el paso durante algunas horas del día y propiciar la continuación de camiones hasta Popayán. Entre tanto, delegaciones del paro campesino y del alto gobierno prosiguen en las negociaciones para levantar la protesta que ya deja, al menos, cuatro nietos y varias decenas de heridos, así como millonarias pérdidas materiales.