Ante el comportamiento de la pandemia del Coronavirus en el Valle del Cauca, de acuerdo con las proyecciones y la dinámica esperada por parte de los expertos en salud, el Gobierno departamental decidió bajar a amarilla el nivel de alerta en la red de salud.

“Significa que a pesar de que seguimos en un evento que se debe de seguir estrechamente, ha disminuido la presión en la prestación de los servicios de salud y hemos bajado el número de personas que requieren de camas de UCI y podemos liberar algunas camas que estaban reservadas exclusivamente para COVID-19, para la atención de otras patologías”, explicó la secretaria de Salud del Valle, María Cristina Lesmes.

La funcionaria insistió en que los vallecaucanos deben entender que el brote de COVID-19 no ha desaparecido y es necesario continuar con las medidas de autocuidado. “Aprovecho para decirles que no estamos en rebrote, que seguimos en brote, que el brote no ha pasado, no ha disminuido, se ha continuado y eso tienen algunos efectos benéficos y es que el servicio de salud está controlado, pero significa que cada uno de nosotros debe continuar cuidándose”, agregó la Secretaria Departamental de Salud.

Aclaró que las autoridades de salud han definido el cierre selectivo de algunas camas UCI por los altos costos que generan, sin embargo, de subir el número de contagiados se volverían a abrir. “Por una cama que tenemos desocupada hoy el Estado reconoce $450 mil pesos, cuando el gasto supera los $5 millones, es supremamente costoso tener camas de UCI que no son utilizadas y por eso tenemos que empezar a ajustarnos”, manifestó la funcionaria.

La secretaria de Salud, María Cristina Lesmes indicó que al pasar de la alerta naranja a amarilla se espera que en lo que resta del año la red pública hospitalaria del departamento se ponga al día con las cirugías y atenciones hospitalarias represadas.