Nacional

Astrid Eliana Cáceres Cárdenas nueva directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).

21 de Marzo de 2023

Palabras del presidente Gustavo Petro en la posesión de la nueva directora del ICBF, aquí tenemos una tarea que hay que recortar tiempos, ahora. Tiene que ver con una prioridad del programa de Gobierno, el cuidado integral de la niñez en Colombia.

 

Una niñez que hoy pasa, en muchas regiones, en muchas circunstancias y momentos por el hambre, por la violencia del país, por la violencia intrafamiliar, por la falta de oportunidades, que hay que abrir.

 

Si la niñez crece en medio del afecto, el país será pacífico, muy positivo en el futuro.

 

Los norteamericanos han hecho casi escuela, en el sentido de que la principal política de seguridad es cuidar los niños y las niñas. No se necesita de mayores complejidades.

 

Una sociedad será mejor si su niñez está cuidada. Cuidada significa amor, en primera instancia.

 

Parte de la historia de Colombia, parte de los momentos del país no tienen amor. Tienen la cruda realidad de la violencia y de la desigualdad social.

 

Y, por tanto, el cambio consiste, precisamente, en llenar esos momentos de amor. Y el Estado puede ayudar en eso, quien lo dijera, si sus prioridades y su eficacia, si su dinero –que es el dinero público–, si su tiempo se dedica al tiempo de los niños y de las niñas.

 

Y, en esa medida, creo que el ICBF, a pesar de todos los problemas, la corrupción que, indudablemente, aún existe, el manejo de contratistas que hay que vigilar al extremo –ojo con eso–, al extremo, para que la comida de verdad llegue a la niñez.

 

La posibilidad de que esa comida, esos nutrientes, ayuden a producir alimentación y riqueza en Colombia a través de la investigación, a través de la misma política pública del ICBF.

 

El ICBF es un gran promotor de la producción agroalimentaria del país si establece los protocolos y los requisitos para que la niñez hambrienta pueda nutrirse de la comida hecha en Colombia.

 

Si alrededor de la nutrición está el juego, si está la educación, si está el saber, uno no se explica como la política pública que se ha construido alrededor de la niñez ha sido una política pobre, casi que miserable, para la miseria.

 

No ha sido la política de las grandes inversiones. Allí no se han construido los grandes derroteros de la inversión pública

 

Allí no se han construido los grandes derroteros de la inversión pública, sino que, a través de un parafiscal, se ha construido una política pobre para la pobreza. No es posible superar la pobreza con políticas pobres.

 

Entonces, lo primero que, en mi opinión, hay que hacer es reorganizar el ICBF. A través del tiempo se le han añadido una serie de tareas que no tienen que ver con el cuidado de la niñez.

 

Eso ha hecho que parte del presupuesto y, muchísimas veces, parte del tiempo se dejan de dedicar a la niñez por cubrir otros objetivos que, indudablemente, son importantes, pero que otras instituciones del Estado ya los tienen.

 

Concentrarse en el cuidado de la primera infancia hasta que este país pueda tener un sistema de preescolar nacional y universal-

 

Para lo cual hay que reformar el Sistema General de Participaciones (SGP), proyecto que esperamos presentar el próximo semestre, que la obligatoriedad de la inversión pública en educación incluya, también, los tres años de preescolar.

 

Con lo cual podríamos integrar nutrición y educación en unos años, después de los tres años de edad, en toda la niñez de Colombia.

 

Paulatinamente, los municipios se vayan capacitando en extender ese tipo de tratamiento de la infancia que, indudablemente, abandona la política pobre para pobres.

 

Experiencia, usted las tuvo, y nosotros en Bogotá Humana. Y creo que la idea un tanto es, sabiendo las diferenciaciones culturales, geográficas, de densidad de población, extenderla a todo el país.

 

Lograr en un futuro no lejano que exista un preescolar de tres años en cabeza del Ministerio de la Educación y, por tanto, a través del Sistema (General) de Participaciones en todos los municipios de Colombia.

 

Y concentrarse, entonces, ya para esa época, en atender, ojalá, en su hogar a la infancia entre cero y tres años. Ojalá en un país con cero hambre, ojalá en un país con cero violencia.

 

Cero hambre y cero violencia, no son un sueño, son una posibilidad si Colombia tiene democracia y si tiene justicia social.

 

 

 



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